lunes, septiembre 18, 2006




Maus es de aquellos objetos que, como el pangolín de los lele, van por el mundo desafiando las taxonomías bipolares y generando a su alrededor esa atmósfera cargada a veces de admiración, a veces de temor, y otras muchas de ambas cosas, propia de todo aquello que escapa a las clasificaciones de las cuales nos valemos para organizar el mundo. Como las travestis, los pangolines, y los ornitorrincos, posee atributos que, tomados por separado, servirían para concederle un lugar fijo en alguna clasificación. Sin embargo, como Ellas y aquellos, visto de conjunto puede causarle a uno cierta desazón si se es muy amigo de las distinciones Blanco-sobre-Negro.

La peculiar combinación efectuada por Spiegelman al hacer converger en una misma obra los testimonios de su padre y él, las maneras de representar y narrar propias del cómic, el discurso segregacionista nazi, y la indagación histórica, da lugar a la estructura cuya complejidad sustenta las dificultades a las que se han enfrentado quienes han intentado clasificarla. Al respecto Dominick La Capra enumera varias denominaciones que se le podrían aplicar, al tiempo que reseña las dificultades del propio Spiegelman a la hora de clasificar su obra, a la que se refiere como un Co-mix, en tanto producto de una manera particular de mezclar palabras e imágenes. Según La Capra -y coincido con él-, Maus es al mismo tiempo Arte documental, literatura pictórica, cómic o caricatura novelada, novela gráfica, historia oral, biografía, autobiografía, etnografía, vehículo de testimonio, y medio de trabajo para la memoria.

Por otra parte, y más allá de esas clasificaciones, bastará a mis fines referir esa reflexión -que podrá ser consultada en la versión pdf del artículo- y formular una más general. Siguiendo a Oscar Steimberg, quien plantea en Semiótica de los Medios Masivos que se produce una "transposición cuando un género o producto textual particular cambia de soporte o de lenguaje", es posible afirmar que si bien Maus es todo lo que La Capra y otros autores han dicho, es, ante todo, una transposición en la que el relato de Vladek y los que junto a él se articulan han sufrido un cambio de soporte, pasando de la narración oral, la investigación histórica y la propaganda racista al cómic.